martes, 11 de febrero de 2014

SER COSTALERA




Estaba convencida de que sería doloroso, pero haciendo uso de la razón, nunca imaginé que el corazón llamara tanto a mi devoción costalera.

Llevo intentando hacerme a la idea desde el pasado mes de Octubre que fue cuando me dieron el diagnóstico de algo que llegaría. Mi espalda estaba tan torcida que afecta a costillas, pulmón y diafragma y curiosamente la explicación de mi hematoma permanente en el hombro izquierdo en todas mis salidas procesionales, a pesar de salir en el costero contrario; era una dismetría del miembro inferior de dos centímetros ¡vamos! Que sin entrar en más detalle, estoy mal hecha...
El caso es que mi preparación fue a conciencia para la aceptación de este momento, o al menos eso creía, hasta el día en el que llega a mi correo electrónico la fecha de lo que para mi fue hace quince años uno de los días mas felices de mi vida, el de cumplir un sueño; el sueño de Ser Costalera.


 
Ayer día siete de Febrero, fui consciente de lo grande que es esa palabra y de lo que ello significa, de lo afortunada que he sido por ser una de las elegidas y por pertenecer a esa cuadrilla que piropeo a voz en grito, porque es sin duda, le pese a quien le pese, la mejor cuadrilla costalera de mujeres que procesiona en Granada. Porque están las mejores, con los mejores valores y el mejor sentimiento y porque reparten Caridad cada año sin pedir nada a cambio.

Quería entonces hacer uso de mi memoria costalera y dar gracias, a pesar de que pueda extenderme hasta aburrir.

Gracias Lelo por ser “la Maestra”, por enseñarme el valor y la elegancia hecha chicotá, por los “oles” regalados en cada levantá, por estar siempre en el sitio correcto, bajo la protección del que cuida de esta bendita ciudad, porque San Antón se hace transitable porque tú esperas en ella. Estaba de Dios....Te quiero ¡y lo sabes!. Ahora entiendo tu sufrimiento cuando tuviste que abandonar lo que mas querías por lo que mas quieres, por amar sin medida.

Gracias a ti.... porque nunca imaginé que mi mejor amiga la encontrara entre maderas. Amistad que será seguro para toda la vida. Nunca dudó en ofrecerme su hombro en la trabajadera, doblar la espalda hasta no poder más o retroceder filas con el fin de ayudar. Esta mujer, tambien madre, viaja desde Palma de Mallorca para volver a ofrecerme su ayuda una y otra vez y otras muchas veces mas, pero fuera de ese bendito faldón, que es si cabe, aún más importante. Ella me enseño que “la Fe no pesa” y me ofreció su amor incondicional.

Norberto Gallegos, fue quien me hizo enfermar como voz del paso, yo quería ser como él, mandar con él, trasmitirle a la cuadrilla como él lo hacía, que mi Virgen hiciera lo que en el momento musical requería.... y esto me hizo aprender, escuchar, y ensayar con los dedos índice y corazón, el más pasos, un puntico y “vámunos” según la marcha. Estudiaba con marchas, las trabajaba en mi habitación a todas horas y fuese la estación del año que fuese no hacía otra cosa que tatarear marchas de palio. Transité todos los ensayos habidos y por haber con las ansias de aprender lo bueno de cada uno, el andar costalero correcto, estudié por mi profesión la carga y la salud y quise empaparme de esta locura para disfrutar de Ella muchos años.... Y si la voz del paso de Misterio de la Lanzada fue mi primer pellizco en esta andadura, tambien tuvo que ver la voz de un gran hombre. “Chiqui”, que no hace homenaje a su apodo, pues él era grande por lo que trasmitía, por lo que decía en la izquierda atrás, él te hacía grande cuando envevías al final de cada chicotá, él lo sabe.... él es grande, pero su forma de sentir, lo hace ser aún mayor. A ambos, un guiño, y Gracias.... mi voz debajo del paso de la Virgen de la Caridad, dijo cuanto me enseñásteis, dijo solamente lo que sentía.
A los actuales capataces darles también las gracias. Jamás olvidaré la levantá de mesones ¡tu lo sabes y yo lo se!, sobra todo lo demás. Fe, Esperanza y la mas bonita... Caridad.



A mi cabeza una completa cuadrilla de ratonas, imposible nombrarlas a todas.... me quedo con las decenas de anécdotas y miles de historias, con los buenos y los malos momentos, con las frases que hacen mítico cada Martes Santo... “El dí-me...., el ole por izquierdo, pasito dao pasito ganao, que yo no quiero mantilla......, siempre repartiendo Caridad, con ella y por ella siempre”. A todas gracias, os echaré de menos. Eso si, tres claveles rojos, lucirán en el respiradero derecho como cada año. Acordarse que nadie como Ella, que nadie como vosotras, acordarse de lo elegante y de lo femenino, de empujar pa lante y andar de frente.... siempre valientes. No olvidarse de quererla, eso os dará la fuerza suficiente.

Esta bendita devoción me ha dado tantas tantas cosas.... entre ellas a Tí. ¡a mi costalero! Al que hoy es mi marido y al que quiero con locura. Gracias por tu ayuda y comprensión en esta forzada despedida del mundo de la trabajadera; sabré disfrutar como lo hiciera en La Hermandad del Vía Crucis hace ya 28 años...

Y a ti... que te digo... No se si podré mirarte de frente y evitar al mismo tiempo no portarte... a tu regreso iré a buscarte y en la quietud de tus zancos te rezaré y allí debajo como cada Martes Santo, protegida por el manto del Amor y la Caridad te daré las Gracias como decía mi abuela “un añico más”.