Una Taberna “Antigua” cuyas
paredes actuales, esconden numerosos secretos cofrades... de donde cuelgan
imágenes cercanas en forma de fotografías, algunas de ellas con un contenido
estético y sentimental que no puedes apartar la mirada, por lo que trasmiten y
por lo que te hacen revivir y una tertulia de amigos, de esas que surgen sin
darte cuenta en tiempos de cuaresma.
Lo decía un hombre al que aprecio
y creo prudente a la par que sabio, conocedor de la teología y sabedor por su
profesión, de lo social, un maestro de palabra humilde y capaz... Capaz de
comentar una frase, que hoy me hace reflexionar y compartir, con mis lectores;
y que decía: “La Semana Santa de Granada es una estructura gigante, con los
pies de barro”, y comentaba seguidamente, es necesario, invertir el orden y no
comenzar la casa por el tejado, porque corremos el riesgo de un inmediato
fracaso.
Me planteo, si el camino que
estamos cogiendo Hermandades y cofrades, es el acertado o por el contrario,
estamos olvidándonos de crear una columna vertebral, capaz de sostener
estructuras, como las que hablábamos de forma metafórica. Posiblemente el pilar fundamental que
mantiene esta fiesta, se esté dejando en el olvido siendo lo ostentoso, aquel
reclamo con el que llamamos al cofrade.
En los últimos tiempo hemos
querido sumar hermanos, con la que yo llamo, riqueza patrimonial, hemos
intentado llegar al fiel, con bordados magistrales,imaginería contemporánea,
pasos de enormes dimensiones, bandas de prestigio etc... Y no me parece mal
porque forma parte de esta fiesta y engrandece en todos los sentidos nuestras
creencias y por qué no decirlo nuestra tradición y cultura. El problema viene
cuando centramos todo el tiempo, en financiaciones imposibles, trabajo agotador
de búsquedas de actos que generen economía a la hermandad y esto implica un
magnánimo esfuerzo por parte de muy pocos y creo que ahí nace el problema...
Existen Hermandades con
patrimonios importantes pero que al mismo tiempo pasan verdaderas calamidades
para sacar un cortejo digno e incluso algunas cofradías llegan a pagar para
poder sacar determinadas insignias.
Es necesario hacer Hermanos, a
través de los directores espirituales, de la suma de esfuerzos y voluntades por
crear un ambiente agradable, el saber acoger y mantener al que inicia su
andadura cofrade, el sentirnos al mismo nivel sin cargos absurdos,
protagonismos inmerecidos, ni propiedades sin sentido... Porque está claro que
la estética juega un papel importante en el crecimiento de las Hermandades,
pero estas grandes cosas son sustituibles y para nada prioritarias, los
Hermanos que componen las corporaciones por el contrario si lo son. Que no se
nos olvide Sin Hermanos no hay Cofradías. Es la necesidad de un esfuerzo común
y social, con las personas que nos rodean, “envenenarlos” de esta bendita
locura, acercarlos a esta tradición, sumar, sumar, sumar, sumar, y seguir.
Se me ocurre, animar a los más
pequeños, a los grupos jóvenes, y el de la Lanzada por Bandera. Los pequeños de
hoy están llamados a ser el futuro de las cofradías. Sería interesante llamar a
las aulas (en Cádiz el Hermano Mayor de la Santa Cena visita los colegios para
someterse a las más ingeniosas preguntas, o la Hermandad de las Aguas, la cual
realizan exposiciones y charlas explicativas para los pequeños). Podría ser una
manera de acercar la Semana Santa al pequeño cofrade y seguro que hay muchas
más...
Como siempre digo, las
hermandades las hacen grandes los hermanos y recuerda muchos granos de arena
forman una gran montaña.
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