
La que escribe es una enamorada del día de Reyes, el mejor día sin duda del año. En la mañana del día 6, siempre hace frío, y en ningún caso nos acordamos de la bata o del calefactor tan necesario en el día a día. Yo la primera, corro al árbol lo más temprano posible, y muevo todos los paquetes, antes de abrirlos para ver si soy capaz de adivinar que contienen, despierto a los que conmigo se encuentran o corro de cama en cama si siguen acostados mostrándole lo grande que es el envoltorio, o sumando los regalos imposibles de llevar juntos al destino referido.

Pero a los pies del árbol de muchos hogares, a veces de forma irónica y otras tantas para recordarnos que no nos hemos portado del todo bien en el año, los Reyes Magos dejan carbón, una golosina hecha de azúcar y agua, que sirve de advertencia sobre nuestro
comportamiento, pero con todo es una noche mágica, también de reflexión para los más mayores y sobre todo, un mezcla de sensaciones, que sólo se puede vivir una vez al año...
No olvides dejar los zapatos en la ventana, poner un vaso de agua para el camello y abrir el ojo entre las sábanas para ver si eres capaz de encontrar la magia del
Día de Reyes.

Y como decía mi madre, esa noche es la que mejor te tienes que portar y hay que dormir.
*Gracias Jesús y Mari Luz, por aportar un poquito a mi felicidad este día, porque por primera vez y con la ilusión de muchos años,en la mañana del día seis todos los regalos de Reyes estarán bajo un perfecto árbol blanco con estrellas de color plata y luces azules.