miércoles, 6 de junio de 2012

¿Uniformidad en la ropa del costalero?

Del mismo modo que todos los nazarenos en el cortejo, utilizan idéntico hábito (misma tela, mismo color...) pienso que el costalero debiera ir con ropa uniformada cuando procesione. En cualquier trabajo o “empresa”, dicha uniformidad es importante. Ir vestidos de la misma forma implica bajo mi punto de vista, una distinción global y no individualista y a la vez una mayor seriedad. A mi juicio, hay determinadas vestimentas costaleras, que lo único que manifiestan son llamadas de atención, cuando en realidad se olvidan que el reclamo no va debajo de los pasos sino encima. Defiendo la comodidad del que trabaja, pero siempre dentro de una normas y distinciones y por tanto no creo que un costal de los osos amorosas sea más cómodo que otro de idéntica tela sin dichos dibujitos. Pensemos que el valor sentimental es evidente y entendamos entonces la razón del por qué, ese costal tan indiscreto sea el que use para realizar estación de penitencia, aunque sigo considerando que el anonimato en estos casos también debe ir con nosotros.

Pero podemos ir más lejos. La Sevilla de antes, la que es escuela de dicha costalería, a confundido a algún que otro costalero, que no ha leído demasiado el porqué han formado parte de la tradición, dichas formas de colocarse la ropa en la ciudad hispalense. Cada vez más, se ven en nuestra Granada los llamados “Pintureros”. Trabajadores que se remangan los pantalones hasta las pantorrillas para no pasar demasiado calor, (por poner algo) sin conocer que en la Sevilla de la que antes hablábamos, esta forma de llevar los calzones se exigía a todos los costaleros asalariados, porque era la manera de comprobar quien trabajaba debajo de los pasos y aquel que no lo hacía. Si los gemelos estaban en tensión, contraídos, indicaba que el costalero cargaba lo adecuado. Hablo también de las formas de colocación del costal, cuya utilización ha cambiado sus funciones completamente, en lugar de estar pensada en detener y restar el posible sudor que se produce en la frente y evitar que caiga a los ojos debido al trabajo realizado, así como fruncir el costal debajo de las cejas como mejor sujeción, añadimos nuevas funciones a este trapo sacro, como el de producir ceguera momentánea y tortícolis considerables.
A eso se suman las nuevas modas, de calcetines variados (curiosamente lo único textil, junto con las zapatillas, que se deja ver en el hacer costalero). De lo más variopintos, desde el español, que es español y tiene que proclamarlo en procesión, porque el resto de días le es más difícil, exhibirse de ese modo por al calle (yo también grito que soy de este país, aunque considero que mejor visto mi bandera en otro momento) hasta el que borda su nombre con hilo fino, para ser fácilmente identificable.

El caso es que dentro de lo funcional, cómodo y estéticamente correcto, el costalero tiene muchas opciones de tener identidad propia dentro de lo que podemos llamar la ropa del costalero, pero como se dice popularmente SIN DAR EL CANTE.