jueves, 31 de mayo de 2012

Adiós Juan Diego...

Cuando comencé mi carrera como fisioterapeuta, en ningún momento pensé desviarme del camino que me llevara al área deportiva, el haber jugado a Voleibol y el haber sido entrenadora, durante más de la mitad de mi vida, marcaba de forma importante un reto deportivo dentro de mis metas profesionales. Poder tratar a deportistas y llevarlos en el mínimo tiempo al terreno de juego, era para mi un reto fisioterápico que me motivaba en mi trabajo cada día, pero esta vocación deportiva, por circunstancias varias, dio un giro de 180º y me enseño la otra cara de la moneda. Del deportista, lógicamente más exigente, pase a tratar a las personas más agradecidas. Yo siempre digo... la PC (Parálisis Cerebral) y todo el ámbito de la neurología, me ha hecho ver la vida de otra manera y tener la obligación de dar Gracias a Dios cada día.
Hace escasamente una semana, decíamos en Aspace (Asociación de Páralisis Cerebral)) adiós a Juan Diego Muñoz Mantas, un nazareno de luto de la Hermandad de los Favores, que procesionaba cada año en silla de ruedas por las calles de Realejo. Era curioso, como tras su ropa, se podían adivinar las deformidades motóricas y posturales provocadas por su patología y cómo ese oscuro hábito te llevaba directamente a sus ojos, con los que era capaz de hablar y trasmitir, la felicidad que le provocaba desfilar el Viernes Santo.
Gracias al coraje de su familia y al mejor tándem cofrade del momento (Jaime, médico reconocido y Curro, el cocinero poeta más gracioso que me he echado a la cara) se pudo dar forma a la Imprenta Misericordia Coronada y así aportar a la Coronación, una magnífica obra de Caridad. En el taller de imprenta se reeducan actualmente más de veinte usuarios, cuyas limitaciones hacen aún más sorprendentes los resultados y el primer granito de arena, lo puso Juan Diego, un discapacitado capacitado para amar.


Desde Memoria Costalera... Descansa en paz.

1 comentario:

Vane dijo...

Con todo mi corazón, descanse en paz, ya hay otro ángel más en el cielo, porque realmente, estas personas son ángeles e Dios, que te dan amor sin condiciones y siempre tienen un abrazo para el que está al lado. Y el que diga que es una pena tener a alguien en estas circunstancias, no sabe lo que se pierde. Y lo digo por propia experiencia. Gracias a Aspace por cómo tratan a estos benditos niños y gracias por cómo se portaron con mi familia en tan duros momentos. Un beso Neli.