jueves, 17 de abril de 2008

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Dolores

En 1949, se pensó que las zonas de huertas y aisladas construcciones, distantes en algunos casos hasta tres kilómetros del centro histórico de Granada, y situadas entre los márgenes de los ríos Genil y Monachil, debían ser construídas para uso vecinal. Nació, a partir de 1953, el barrio del Zaidín, con diferencia, el más populoso de la ciudad. La vega, por contra, decrecía.

Por aquel entonces, los espacios de cultivo, salpicados de algún caserío a manera de "quinta" o "Carmen", de dos alturas a lo sumo, tejado a dos aguas, sencillas obras sin más pretensiones que alojar a las familias de siempre, llanas, laboriosas y tan nuestras, tan de la tierra, llenaban una zona que después se conocería como Cruz de Lagos.

Allí, fincas delimitadas por setos, verjas nobles y simples, paredones de baja altura, recibían nombres populares, que se han ido perdiendo con el paso de los años, cada vez que la memoria de los primeros habitantes del Zaidín, se marchaba. Lástima que nadie se haya animado a recorrer las casas de los que habitaron desde siempre el sur de la ciudad de Granada.

Cerca de esa cruz, a las afueras absolutas de una Granada que llegaba hasta lo que hoy es el Camino de Ronda, y que más allás no existía... Allí, en el camino que conducía a la vecina Armilla (entonces más distante, más lejana) y días después, a Motril... Allí, repito, se elevaba una vieja cruz que los años, las inclemencias y un futuro acosador, ha hecho desaparecer.

Junto a este idílico lugar, de choperas y cultivos, de naturaleza y remanso, se alzaban algunas casonas con huerto y corral. Una de ellas, desde siempre, se le conocía como la "Huerta de la Ermita". Y no desde luego porque en su terreno se levantara una pequeña capilla. Pero cuantos vecinos (pocas familias, a fin de cuentas) tenía este huerto y su casa, no dudaron nunca en llamar así al sitio. Jamás se preguntaron el por qué; de lo que estaban seguros, es que la casa y la huerta de la "Señora Dolores", era .

Y los años, que nunca pasan en balde, se llevaron las fuerzas y la vida de doña Dolores. Amable, servicial y muy creyente la recuerdan los que la tuvieron por vecina de huerta. Dolores se fue un día, desde su casona a la vera del camino de Armilla, lejos, entonces muy lejos de una Granada de hace 30 años, hasta un Cielo con el que siempre soñó. Y en los terrenos de su "finquita", aquellos que se conocieron como los "de la Ermita", se haría realidad el nombre.
Generosa y desprendidamente cedidos a la Iglesia Católica, allí, en "La ermitica", se levantó una Iglesia, amplia, de líneas modernas (al gusto de ese 1978/79) y que siempre, en su título parroquial, llevaría el recuerdo de esa señora de las de siempre, creyente, servicial, afable y tan nuestra, tan zaidinera (incluso antes que el Zaidín existiera oficialmente), que se ha quedado por siempre en la memoria de los cristianos de esta zona de Cruz de Lagos... LA IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES, homenaje a la abuelita que se marchara y en cuya finca se contruyó, la Casa de Dios, de su Santo Hijo el Santísimo Cristo de la Lanzada, y de su Bendita Esposa, Madre de Jesús y Nuestra, la Señora Sacrosanta de la Caridad."A Pepe Rodríguez, zaidinero de pro, y vestidor de la Sagrada Virgen de la Luz, de la Parroquial del Corpus Christi, porque quiso contarme esta historia, que él mismo vivió por ser vecino de la señora Dolores".

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