lunes, 25 de enero de 2010

SUENA EL MARTILLO

La igualá pequeña, porque así lo quiso el azar, tuvo el privilegio de vivir el pasado viernes día 22 de enero de 2010, la “primera levantá”, y en este caso, no en sentido figurativo. La persona que hizo sonar el martillo por primera vez en este nuevo curso cofrade, no podía ser otra que la hermana del reciente fallecido, Juan Moreno.

En homenaje a él, y a lo que ese hombre ha significado para la Hermandad de la Lanzada, se procedió a levantar al cielo, en la angosta calle, que acogía, a mi parecer más personas que nunca.

La Junta de Gobierno, presenció la emotiva levantá, que desde abajo y con mucho respeto avanzamos en esta primera chicotá que le dedicábamos a él, con el silencio que merece la ocasión y con el sólo rezo de nuestras zapatillas.

Tras arriar el paso, Rosa, la costalera más antigua que allí se encontraba tocaba el martillo por segunda vez, emocionada, a lo que le precedió de forma muy resumida lo que Juan Moreno había significado para la cuadrilla de costaleras, a la a par que se rezaba una vez más, por que el Señor lo tuviera en Gloria y la Virgen de la Caridad lo acogiera en sus seno. Se alzaba entonces con algo más de fuerza al cielo, una nueva levantá, dedicada también a todas las costaleras que habían pasado por esas benditas trabajaderas.
Algunas de ellas me consta que la siguen detrás de su negro manto el Martes Santo, otras tantas, graban sus imágenes por sitios emblemáticos, y muchas de ellas, le rezan a su salida en la Iglesia de los Dolores o le lloran desde la distancia (y bien lo se), por todas ellas, y porque nos han facilitado el camino a las que ahora nos encontramos bajo la oscuridad del tablero, … Gracias. Aprovecho desde aquí para hacer una nueva levantá por todos los capataces que han pasado por la Lanzada, porque no nos olvidemos de ellos ni del trabajo realizado.

Así... daban comienzo los ensayos del cuerpo de costaleras Virgen de la Caridad, con un paso medido y un resultado positivo teniendo en cuenta que se trataba del primer ensayo. Ciertamente el último tramo se hizo algo más duro, y como pasa al regreso del Martes Santo, las fuerzas aquejadas hacían presencia y el cansancio físico tuvo que ser paliado con humor en el último tramo y levantás dedicadas a los que nos acompañaban a altas horas de la noche.
Dar desde aquí las gracias a “las nuevas”, que han sabido estar a la altura, a Laura, que me consta que viene llena de ilusión (al mejor prioste de Granada también un beso), a Inma que no hacía más que ponerse derecha, y ni un soldado de plomo lo hace tan bien, a la rubilla de la trasera que se rió y sufrió como tantas, y al resto perdón por no recordar los nombres... (lo se, soy un desastre), sólo espero que os sintáis bien acogidas dentro de esta familia de “ratonas”.

No hay comentarios: