martes, 13 de abril de 2010

POR LA PUERTA DE ATRÁS


Con la cabeza bien alta, ¿Por la puerta de atrás?, es probable... pero de ahí a calificarla como "una pena", por ahí no paso, y que se dé, por aludido, quien pueda darse...

Es cierto que aunque queramos hacerlo ver, la mujer costalera aún no se valora como merece, de igual forma no se ha dado el sitio que alcanza a mujeres capataces que han creado escuela en muchas Hermandades, a mi memoria vengan nombres como Consuelo Camarero o Beatriz Martínez, mujeres que han llevado dignamente la dirección de pasos como Meditación o Caridad, y que merecen el máximo respeto, por el trabajo realizado.

Por desgracia, TODAS hemos entrado por la puerta de atrás, y digo todas, tú también, todas las mujeres que procesionamos debajo de pasos en la Semana Santa de Granada, ¿una pena?, pues no Señora, una oportunidad la cual intentamos aprovechar una vez más para demostrar nuestra valía. Es necesario tener algo más de humildad, y reconocer que hasta tú, entraste de esa manera y afligirse por ello, perdóname, es signo de debilidad, y si algo tiene la mujer es dignidad, bravura y arrojo como para hacerse un espacio importante en esta Semana Santa por méritos propios, y en ello estamos, siempre con trabajo.

Me parece lógico que si una cuadrilla anterior, fue de hombres se quiera seguir manteniendo ese género, y en ningún caso me gustaría que hombres portaran el palio de María Santísima de la Caridad, quiero con esto decir, que a menudo viene difuminada en forma de infortunio o de frustración temporal la incorporación debajo de los pasos de la mujer costalera, pero aseguro, que si en algún caso éstas, no hicieran un buen trabajo volverían al sexo contrario.

Dicen que donde la puerta te abren, honra te hacen, y yo doy las gracias desde aquí a la Hermandad Ferroviaria porque a expensas de entrar por "la puerta de al lado, mejor que por la de atrás", a mi juicio no es una pena sino un privilegio, la pena sería no mantener esa cuadrilla y que fuese un remiendo en lugar de un arreglo, para esta corporación.

La única puerta que no se abre es la que no se toca... y las mujeres, hemos llamado a esa puerta con todas las fuerzas posibles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes razón, una oportunidad hay que aprovecharla... y demostrarlo;
aprovecho para aportar mi reflexión.

Dos pegas:
- Que se piense en la mujer costalera para suplir la carencia y ante otra imposibilidad de cambio (como sustutición del de negro o cambio en la forma de trabajo);
- Que en la proliferación de pasos llevados por mujeres (no lo comparto, pero por conocimiento de vuestro trabajo lo respeto, y admiro resultados -no todos buenos-) vaya arrastrada por los "problemas" de "dilución de la devoción" que presentan las cuadrillas de hombres.
En el segundo de los casos, de "pasar" de los Ferroviarios en el Viernes Santo a ser "devotas de toda la vida de la Madre Ferroviaria" que reparte Amor y Trabajo a Granada.
Quizás no sea exclusivo de hombres ni de mujeres, sea de los cofrades en general y de los costaleros en particular... no sé, pero en la mujer costalera tenía yo otros esquemas.

Anónimo.