jueves, 21 de marzo de 2013

A TI, JUAN... POR TUS ÁNIMOS PARA LA CONTINUACIÓN DE ESTE BLOG

Una Taberna “Antigua” cuyas paredes actuales, esconden numerosos secretos cofrades... de donde cuelgan imágenes cercanas en forma de fotografías, algunas de ellas con un contenido estético y sentimental que no puedes apartar la mirada, por lo que trasmiten y por lo que te hacen revivir y una tertulia de amigos, de esas que surgen sin darte cuenta en tiempos de cuaresma.

Lo decía un hombre al que aprecio y creo prudente a la par que sabio, conocedor de la teología y sabedor por su profesión, de lo social, un maestro de palabra humilde y capaz... Capaz de comentar una frase, que hoy me hace reflexionar y compartir, con mis lectores; y que decía: “La Semana Santa de Granada es una estructura gigante, con los pies de barro”, y comentaba seguidamente, es necesario, invertir el orden y no comenzar la casa por el tejado, porque corremos el riesgo de un inmediato fracaso.


Me planteo, si el camino que estamos cogiendo Hermandades y cofrades, es el acertado o por el contrario, estamos olvidándonos de crear una columna vertebral, capaz de sostener estructuras, como las que hablábamos de forma metafórica.  Posiblemente el pilar fundamental que mantiene esta fiesta, se esté dejando en el olvido siendo lo ostentoso, aquel reclamo con el que llamamos al cofrade.
En los últimos tiempo hemos querido sumar hermanos, con la que yo llamo, riqueza patrimonial, hemos intentado llegar al fiel, con bordados magistrales,imaginería contemporánea, pasos de enormes dimensiones, bandas de prestigio etc... Y no me parece mal porque forma parte de esta fiesta y engrandece en todos los sentidos nuestras creencias y por qué no decirlo nuestra tradición y cultura. El problema viene cuando centramos todo el tiempo, en financiaciones imposibles, trabajo agotador de búsquedas de actos que generen economía a la hermandad y esto implica un magnánimo esfuerzo por parte de muy pocos y creo que ahí nace el problema...

 Los grandes proyectos, son posibles cuando existen muchos granitos de arena y en Granada por desgracia no es así. Las Hermandades por lo general, no gozan de nóminas de hermanos poderosas, y los implicados son muy pocos. Cuando inicias proyectos de envergadura, donde la implicación de esos pocos es muy intensa surgen “como en toda comunidad de vecinos”, roces personales que vuelven de nuevo a restar. Todos comenzamos tirando de la misma cuerda, y acabamos en un “tira y afloja” dividido en dos extremos, que incluso perjudica de tal forma, que la cuerda en cualquier momento puede llegar a romperse.
Existen Hermandades con patrimonios importantes pero que al mismo tiempo pasan verdaderas calamidades para sacar un cortejo digno e incluso algunas cofradías llegan a pagar para poder sacar determinadas insignias.
 
Es necesario hacer Hermanos, a través de los directores espirituales, de la suma de esfuerzos y voluntades por crear un ambiente agradable, el saber acoger y mantener al que inicia su andadura cofrade, el sentirnos al mismo nivel sin cargos absurdos, protagonismos inmerecidos, ni propiedades sin sentido... Porque está claro que la estética juega un papel importante en el crecimiento de las Hermandades, pero estas grandes cosas son sustituibles y para nada prioritarias, los Hermanos que componen las corporaciones por el contrario si lo son. Que no se nos olvide Sin Hermanos no hay Cofradías. Es la necesidad de un esfuerzo común y social, con las personas que nos rodean, “envenenarlos” de esta bendita locura, acercarlos a esta tradición, sumar, sumar, sumar, sumar,  y seguir.
Se me ocurre, animar a los más pequeños, a los grupos jóvenes, y el de la Lanzada por Bandera. Los pequeños de hoy están llamados a ser el futuro de las cofradías. Sería interesante llamar a las aulas (en Cádiz el Hermano Mayor de la Santa Cena visita los colegios para someterse a las más ingeniosas preguntas, o la Hermandad de las Aguas, la cual realizan exposiciones y charlas explicativas para los pequeños). Podría ser una manera de acercar la Semana Santa al pequeño cofrade y seguro que hay muchas más...

Como siempre digo, las hermandades las hacen grandes los hermanos y recuerda muchos granos de arena forman una gran montaña.



lunes, 18 de marzo de 2013

AL MAL TIEMPO, BUENA CARA

Empiezan las miradas al cielo, intentando adivinar los designios del tiempo sobre la que es, para muchos, la semana más importante del año.
Son días en los que los cofrades, no hacemos otra cosa, que no sea mirar el tiempo apoyándonos en las nuevas tecnologías los más jóvenes o fiándose de cualquier modo del hombre del tiempo de la “1ª” en el caso del más longevo... lo que viene a ser una auténtica locura, y verán...
El móvil de unos cuantos asegura con dibujitos inclusive de nubes en movimiento y un sol fijo  confirmando al 100% que el Martes Santo, a falta aún de siete días, las probabilidades de lluvia son mínimas, mientras el resto de páginas web, avisan de que la semana vendrá pasada por agua y en todos los casos, recomiendan utilizar paraguas (a todos los efectos contrario a cualquier cofrade) y chubasquero

Por otro lado la vecina del tercero comenta eufórica: “Anda, te vas a librar, porque he escuchado en antena tres, que el Domingo de Ramos en Granada no va a llover”, a la par que te contentas por tan feliz noticia, te preguntas “¿Donde habrá mirado esta mujer el tiempo?, es más, aún no se ha enterado después de catorce años que yo salgo de costalera el Martes Santo”.

El vendedor ambulante observa el cielo y la experiencia le dota de saber el estado meteorológico aunque se sienta expectante por saberse afortunado o desgraciado bajo el techo “que Dios quiera”. El confitero echa cuentas, de cuantas torrijas le caben a la semana santa con lluvia y sin turismo,  mirando al mismo tiempo como las nubes juegan al escondite en días venideros a la par que cruza los dedos y el dueño del hotel, desea saber las inclemencias del tiempo con el fin de anteponerse a las posibles cancelaciones, pidiendo que de aparecer la lluvia, sean en días laborables y no en festivos. (“Siempre solidarios”).

El cabreo va creciendo a medida que se acerca el día, y mucho más si el familiar de turno, tiene tierras, o labra el campo, o sólo se le ocurre decir, “Niña, déjate de Semana Santa que hace mucha falta el agua”, a lo que por "bajini" contestas “por mi como si llueve todo el año, pero del Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección que salga el sol en toda Andalucía, no te digo yo…”.

La costalera que sale por primera vez, al igual que el niño que estrena traje, lo tienen claro, el Martes Santo no llueve de ninguna de las maneras, en el primer caso porque le ha llevado huevos a las clarisas y según las cabañuelas, los cielos estarán parcialmente despejados y en el segundo, su madre se lo ha garantizado (cualquiera escucha al niño, todo el día, dale que te pego con la lluvia y la Semana Santa) y eso va a misa.

Y es que nunca llueve a gusto de todos, porque el padre que ha castigado al niño con no salir en la hermandad por traer malas notas, reza en este caso, porque llueva y sirva para algo el castigo, ya que el año pasado le ocurrió y encima el niño se bofó del tema.

El aeropuerto de Granada es para volverse loco, aumentan las llamadas por momentos, la centralita echa humo, pero no precisamente para reservar vuelos, aunque las cosas pinten, como para irse a palma de Mallorca (un besito Desi), a ver cofradías, que también las hay por esos lares.

Los abuelos, con tal de verte feliz, recurren  a refranes y supersticiones banales, que en ningún caso coinciden con la realidad y es entonces cuando llega el bucle de melancolía, la desesperanza y la frustración y te agarras al pinganillo, como si de un tesoro se tratara para escuchar acerca de un tema, sólo un tema, el tiempo.
 En fin… Esperemos después de haberle dado un toque “de humor” al artículo, que la lluvia inmisericorde escape de esta Semana Santa 2013 y todo el mundo comience a mandar sus plegarias al cielo, para que sea posible realizar estación de penitencia en todas y cada una de las Hermandades.

lunes, 11 de marzo de 2013

MARTILLO

No podía ser otra su definición...  herramienta de percusión utilizada para golpear directa o indirectamente una pieza.
 
No en todos los casos, pero en un elevado tanto por cierto, aparece el síndrome de "Tengo el martillo, tengo el poder", normalmente al poco tiempo de poseer esta herramienta y para otros muchos cofrades es el único y obsesivo sueño en su quehacer diario dentro de sus hermandades. No se sienta nadie aludido, más que el que lo pretenda o se sienta reflejado, que yo aquí ¡No nombro a nadie!
 
Lo de "Erase un hombre a una nariz pegado", cambia eficazmente en el mundo cofrade si sustituimos nariz por martillo. Parece que poseer este cargo, a mi juicio difícil y arriesgado y por su puesto valiente, significa obtener una varita mágica a modo de ilusionista con poderes suficientes para transformar, aparecer  y hacer desaparecer todo cuanto se antoje. Trucos que bajo mi punto de vista terminan por descubrirse. 
De modo que no creo que tener un martillo cofrademente hablando, implique en absoluto, golpear a diestro y siniestro con el único fin de hacer daño, olvidándose de lo que se tiene entre las manos y sin hacer honor a lo que llevas delante. Sólo unos pocos están a la altura, sólo unos pocos crean cuadrilla, sólo unos pocos valoran el trabajo y el esfuerzo costalero, sólo unos pocos sufren con los que sufren debajo, solo unos pocos son humildes y leales y por todo sólo unos pocos son de verdad CAPATACES (con mayúsculas)
 
Y digo esto, porque he visto con mis ojos, ese sentimiento de superioridad y preponderancia, y por desgracia cada vez más y más. En Granada hay y ha habido grandes capataces que quizás técnicamente no han sido todo lo buenos que debiera, o sí, pero que por el contrario han derrochado humildad, han demostrado querer aprender, han sabido corregir cuando han errado y abrir los brazos cuando los suyos lo han necesitado, han sabido inculcar valores y lo más importante han tenido actitud y disposición.
 
Por otro lado, martillo y trabajadera parecen estar tremendamente unidos, hasta tal punto que cuando se llevan "x" años debajo del paso, el siguiente objetivo se convierte en un extraña ocecación por formar parte del cuadro de capataces y un éxito rotundo si se está como capitán del navío por sentirse absolutos protagonistas de una historia, donde la gloria de la fe ya se alcanzó. Una obsesión que se lleva amistades y otros muchos valores a su paso.
 
Ser capataz debe ser algo merecido y en ningún caso un regalo de cumpleaños y bajo mi punto de vista, este cargo debería de proponerse cada año y demostrar para resolver adjudicaciones eternas, y por el contrario trabajar en el cargo de cara a cada Semana Santa.  

jueves, 7 de marzo de 2013

NO MAMA, QUIERO FAJA Y ZAPATILLAS...

Todos lo hacemos... en alguna ocasión hemos podido manifestar, tanto en medios cercanos y familiares como en sitios públicos, lo mucho o poco que nos gustó el pregón de tal o cual persona, sin pararnos a pensar, al menos a mi juicio, que en primer lugar, como dice el refrán "para gustos, los colores", y en segundo lugar, todas y cada una de las vivencias cofrades son diferentes y bajo mi punto de vista, ninguna mejor que la otra. La forma de interpretar la Semana Santa o las experiencias bajo los pasos,  no son de ninguna forma criticables, a menos que ejerzas como poeta o escritor y opines de la materia, mientras tanto a mi por lo menos, ¡No me vale! y mucho menos si la intención es hiriente y ofensiva.

Dicho esto, creo que este tipo de oratorias, llega al publico en el sentido de verse reflejado en alguna de las cosas que el pregonero cuenta, cuando ves que alguna de sus experiencias se parece a lo que tu has vivido y pellizcan el corazón de tus sentimientos sin darte apenas cuenta. Pues bien, no voy a valorar en este caso si el pregón del costalero del Zaidín de 2013 fue mejor o peor, si tuvo buena o mala métrica, si estuvo lo suficientemente exaltado y llegado al publico o si por el contrario existieron más elementos externos de lo debido, lo que si voy a hacer hoy desde aquí, es darle una palmadita en la espalda y las gracias cuanto menos, a una compañera de trabajadera, por atreverse ese día a contarnos su historia,  como llegó a ser costalera, lo que supuso para ella entrar en la cuadrilla de "las ratonas" y llegar mucho más lejos, pidiendo delante de todo el mundo, a pesar de su timidez, ser costalera "por toda la eternidad".

Contar a modo anecdótico, algo que me hizo "mucha gracia", y con la que me sentí identificada y creo que a la mayoría de las mujeres de mi generación (porque me estoy haciendo mayor) nos ha ocurrido alguna vez o en algún coloquio ha sugerido el tema.., a muchas de nosotras, alguna vez nos han propuesto la mantilla y poniendo en el lugar que se merece a esta forma de estacionar, para mi la más sufrida sin lugar a dudas, hemos contestado, ¿yo? que va, mama... yo lo que quiero es una faja y unas  zapatillas... Creo que la mujer que hoy día se mete debajo de un paso, lo hace con la mayor de las devociones cofrades y costaleras, ¿porqué no?. Me dejó sorprendida gratamente, la sencillez con la que definió la figura del costalero poniendo el anonimato por bandera y desechando todo aquello que requiera protagonismo, porque lo tiene claro, los protagonistas, son Ellos.


Me faltarán probablemente muchas más de las que ahora nombre, pues hablo de una escasa trayectoria de catorce años portando a María Santísima de la Caridad, pero en este corto espacio de tiempo han pasado al menos 4 mujeres costaleras de este palio por el atril del pregón del costalero del Zaidín: Inma Franco, Margarita Pérez, Sonia Orantes y una servidora, sólo por ello, y excluyéndome en todos los casos, por el esfuerzo que le han dedicado, por el amor que han puesto al escribir la oratoria, y por la valentía de contar lo que cada una ha considerado, deberíamos estar orgullosos, y no una vez más desmerecer, sencillamente porque sí.


¡Señoras!, como siempre digo debajo del paso.... "La fe, no pesa".