martes, 4 de mayo de 2010

DOS AMIGAS, COSTALERAS

En muchas ocasiones he referido mi práctica cofrade como un modo de vida, y otras tantas me he preguntado, como se mide esa vida, desde un punto de vista cristiano…

Ojeando por Internet encontré un portal cofrade que me ayudó a argumentar tal reflexión.

Me enseñó, que la vida no se mide según los planes que tienes para el fin de semana, ni por el número de personas con las que has salido, tampoco por la notoriedad de tu familia, ni tan siquiera por la tuya propia, ni por el dinero que tienes, ni por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién o contra quién los comentas.

Hablo del miedo, de la ignorancia y de la venganza. Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas.
Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.

Hacer un amigo es una gracia. Tener un amigo es un don. Conservar un amigo es una virtud. Ser un amigo es un honor y un privilegio.

Vaya por dos de mis grandes amigas, costaleras. Lanzada y Caridad así lo quisieron.

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