domingo, 23 de mayo de 2010

LA IMPORTANCIA DE UN BUEN AMBIENTE, EN CUALQUIER ÁMBITO...

Es para mi importante, mantener un buen ambiente en el trabajo, diría que es fundamental e imprescindible porque de ser al contrario, hasta para un extraño sería fácilmente detectable. Si a eso le sumas las muchas horas de trabajo, éste se hace irrespirable, y en estos casos no hay sueldo que recompense.
Pues bien, algo parecido ocurre en las Hermandades. No es fácil hacer que todos los hermanos se sientan contentos y cómodos dentro del seno de una Hermandad pero no cabe duda que las relaciones interpersonales mejoran la "productividad", por llamarlo de algún modo de la Cofradías.
No hablamos de una obligación, sino de una satisfacción, pero esta en ocasiones se convierte en mucho más, me explico...

Cuando en una Hermandad no se respira más que mal ambiente, la sensación continua de molestar en el lugar, las miradas incesantes de ... con quien , porqué y te has enterado de... no son las más propicias para un entorno sosegado y de disfrute. El cotilleo, gana por goleada, y aunque está mal decirlo, me pesa seguir callada escuchando sandeces cuanto menos. Las malas caras, rivalidad inecesaria, autobeneficio, afán de poder y protagonismo inmerecido, son algunas de las causas de este mal ambiente generalizado.A mi juicio, diré que la autocrítica es fundamental, saber encajar las opiniones de los demás, que se escuchen todas las propuestas "por tontas que sean" de todos y cada uno de los hermanos, que te den una palmadita en la espalda aunque no la merezcas, porque el trabajo se realiza sin pedir nada a cambio, las gracias solamente, que te ilusionen y motiven, que te dejen hacer y colaborar, que hagan suyo lo tuyo y al contrario... porque esto es de todos y no sólo de unos pocos, es sencillamente, lo que se pretende recuperar ahora.

No es que antes no se haya trabajado, ni se haya dado todo cuanto se ha podido, porque lo cierto es que siempre se ha estado por "Ellos", pero no a toda costa, no a base de zancadillas, ni de mentiras, ni de sufrimiento, no quiero pertenecer a algo que me hace daño, porque gracias a Dios tengo el privilegio de poder rezarles sin tener que pasar un mal rato.

Pero como se suele decir... todo llega y todo pasa.

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