martes, 11 de mayo de 2010

DONDE UNA PUERTA SE CIERRA, OTRA SE ABRE

Hoy me toca ser optimista, ¿Porqué no?, hace tiempo aprendí que, sólo se consiguen las cosas, si únicamente se cree en ellas.
Una puerta grande, que tenga como fachada la Iglesia de los Dolores, yo creo que todos y cada uno de los hermanos que conformamos la Hermandad de la Lanzada, no sólo la hemos soñado, si no que hemos imaginado en infinidad de ocasiones al Señor, bajo un dintel digno, cobijado entre ladrillos, celosos del sol que le tocara... Pero ese sueño no deja de serlo, bien por un mal trabajo y una amistad no forjada con el cuidador de nuestra Iglesia, la que es de todos, o por realizar una mala gestión, no sé, incluso voy a hacer intuir, mi duda de culpabilizarnos por no haber mostrado mayor interés, aunque ha sido mucho el ofrecimiento. En fin... me cuesta pensar que Nuestro Pastor, se niega a darle cobijo al mismo Dios en los días en los que se lleva a cabo la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Pero hoy no quiero pensar mal, a pesar de ver la realidad.

Una realidad que duele a muchos, porque "Mi Dios" en vísperas de Semana Santa no tiene casa, tiene obligatoriamente que salir de la que habita, la que en términos cristianos, es el lugar donde sus fieles reciben normas y consejos religiosos, ¡curioso al menos!, para quedarse a la intemperie, fuera de amparo y cobijo, y sin puerta que permita su paso.

No creo en proyecto grandes, de ilusiones vencidas, no creo en la palabra si no conlleva un trabajo, pero esa puerta es merecida por todos y de eso estoy segura. Quizás los caminos has sido equivocados, las circunstancias propicias a la no realización, pero el objetivo sigue estando ahí.
Yo, con todas mis fuerzas, quiero una puerta, quiero un hogar, quiero una casa y quiero una FAMILIA para mi Señor de la Lanzada. Quizás no somos muchos, y es totalmente necesario hablar de un número más elevado, pero me consta que todos tenemos en común el amor necesario para que este proyecto se haga realidad.

Estoy segura de que habrá un destino si hay una voluntad, si no se exige la forma de querer o ayudar, si no se mide la formas de actuación y por el contrario se valora cualquier aportación por mínima que sea, si uno se sacrifica sin esperanza de gloria ni recompensa, si se actúa en lugar de tanta súplica, sólo así podrá ser realidad el día soñado por todos, el de ver salir desde "su casa" al SEÑOR DE LA LANZADA Y LA VIRGEN DE LA CARIDAD.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojalá llege pronto ese dí en el cual veamos a nuestros titulares salir a la calle de una forma digna, pues es lo menos que se merecen, el día de la salida extraordinaria fué bastante triste ver a nuestro Cristo aparcado en la acera como cual coche más. Ojalá se consiga una unión entre todos los que tienen Devoción a nuestras imágenes, pero para ello se necesita arropo a todos, no hacer distinciones y valorar cualquier esfuerzo venga de donde venga y por mínimo que sea, comunicación para con los hermanos y transparencia, porque muchas veces preguntas para echar una mano y no recibes respuesta y te sientes excluido.
Un saludo.